Índice
1 Memorias del camino
1.1 Tradiciones rescatadas: indígenas y africanas
1.2 Herencias extranjeras: católicas y protestantes
1.3 Afirmación continental: el legado extranjero y el movimiento latinoamericano
2 Lecturas evangélicas y lecturas católicas
2.1 La Biblia y las iglesias evangélicas pentecostales en América Latina
2.2 El Descubrimiento de la Biblia por parte de los católicos después del Concilio del Vaticano II
3 Lecturas populares y lecturas eruditas
3.1 Las dos realidades: el libro mágico y el libro liberador
3.2 Las dos sabidurías: las expresiones populares y las investigaciones universitarias
4 La lectura de la biblia en las comunidades
4.1 Realidad, comunidad y Biblia
4.2 Método socio-histórico
4.3 Lectura a partir de los nuevos sujetos
1 Memorias del camino
1.1 Tradiciones rescatadas: indígenas y africanas
Los habitantes originales de estas tierras y las poblaciones africanas esclavizadas tuvieron sus tradiciones substituidas en lo que respecta a sus mitos, ritos, cantos, cuentos, danzas, ética y sus divinidades. Se incluye en esto a las palabras sagradas que forman parte de la tradición de tantos pueblos que construyeron la gran patria latinoamericana.
En cuanto al contacto con la Biblia Cristiana, muchas de las experiencias fueron traumáticas. Algunos textos bíblicos sirvieron para liberarlos, la mayoría, sin embargo, fue utilizados para justificar la pacificación y la esclavitud (SILVA, 1994, p. 26-59).
En tiempos más recientes, se ha renovado el interés tanto por las tradiciones indígenas como por las afrodescendientes. Vale la pena destacar los diálogos entre las palabras sagradas (de la tradición oral) y la Biblia cristiana. “La palabra se hizo india”, establece un diálogo entre la Biblia y las tradiciones indígenas de América Latina (JIMÉNEZ, 1997). “Raíces afroasiáticas en el mundo bíblico” destaca la presencia de los pueblos afroasiáticos en la propia Biblia (MENA LÓPEZ, 2006).
1.2 Herencias extranjeras: católicas y protestantes
La Biblia Sagrada llegó a América Latina con las carabelas de los primeros colonizadores y siguió, principalmente, en las manos de los misionarios franciscanos, jesuitas y de otras congregaciones religiosas. El catolicismo romano que se implantó hegemónicamente en las colonias trajo consigo las marcas de las naciones de origen, española o portuguesa, con sus características específicas. De un modo general, se valorizaba más la predicación alrededor de la Biblia que la lectura del texto bíblico propiamente dicho. El principio hermenéutico católico buscó mantener el equilibrio entre la Escritura, la Tradición y el Magisterio, posteriormente discriminado (o mejor descripto) en el documento Dei Verbum del Concilio del Vaticano II.
El protestantismo tuvo diversas entradas en América Latina, priorizando la divulgación de la Biblia con el principio de la libre interpretación y de la crítica exegética. Inicialmente, el protestantismo de la inmigración trajo la Biblia junto con la propia tradición eclesiástica reformada. Posteriormente, la misión protestante se empeñó en la divulgación del libro bíblico entre los habitantes del nuevo continente. Con cada movimiento misionero, las iglesias adquirieron formas latinoamericanas, que recientemente se manifestaron en las diversas iglesias y movimientos.
El protestantismo norteamericano tuvo gran influencia en el movimiento de expansión misionero realizado en el sur del continente. Motivados por la idea de América Latina como tierra de misión, sociedades misioneras protestante hicieron esfuerzos para evangelizar esas naciones en los siglos XIX y XX. Naturalmente, la presencia de la Biblia fue substancial en ese movimiento, con una tendencia generalmente pentecostal (PIEDRA, 2006).
1.3 Afirmación continental: legado extranjero y movimiento latinoamericano
Históricamente, América Latina realizó grandes pasos hacia una hermenéutica propia de la Biblia, sobretodo en relación a las tradiciones de las Iglesias. En el universo católico, eso fue notorio en los documentos de Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida, con la emblemática “opción evangélica preferencial de los pobres”. También se caracteriza por el método de ver, juzgar y actuar en el espacio creado por las Comunidades Eclesiásticas de Base (CEBs), pero, sobretodo, por el protagonismo de los nuevos sujetos de lectura, a partir de las diversas realidades de las poblaciones pobres (RICHARD, 2005, p. 11-19).
En el mundo evangélico, la centralidad de la Biblia se destaca en las iglesias, movimientos e intervenciones sociales. Fieles a este principio de Reforma, las iglesias evangélicas conviven, de manera multiforme, con las diversas líneas teológicas interpretativas. El liberalismo mantiene la lectura crítica de la Biblia; el fundamentalismo identifica la palabra de la Biblia con la Palabra de Dios; la neo-ortodoxia o teología dialéctica afirma la comunicación de Dios por la Biblia a pesar de la fallas que ésta pueda contener; el evangelismo, con el método histórico gramatical, afirma la inspiración por el Espíritu Santo en lo que respecta a la salvación; la Teología de la Liberación da prioridad a los aspectos sociopolíticos económicos a partir de la realidad del pueblo (BAILÃO, 2013, p. 246-256).
En su conjunto, el reciente movimiento bíblico latinoamericano se caracteriza por la propuesta de lectura ecuménica de la Biblia, en un intento de juntar fuerzas hacia una nueva hermenéutica.
2 Lecturas evangélicas y lecturas católicas
2.1 La Biblia y las iglesias evangélicas pentecostales en América Latina
De una manera general, las iglesias evangélicas pentecostales se afirmaron en América Latina teniendo como eje a la Biblia. “Los pentecostales constituyen comunidades bibliocéntricas y bibliocráticas en el que el Libro Sagrado es regla y fe de conducta y fuente última de autoridad y legitimación” (BENATTE, 2012, p. 26).
En el último siglo, se popularizó el estereotipo del creyente que carga la Biblia debajo del brazo y argumenta con cadenas de versículos citados de memoria. Esas personas, denominadas creyentes son, en su origen, protestantes populares, también denominados evangélicos, o también carismáticos, en general reconocidos como pentecostales y, más recientemente, como neopentecostales. Sin embargo, la lectura que hacen de la Biblia va más allá del estereotipo popularizado.
La lectura de la Biblia comienza por una fuerte incidencia de los problemas concretos de la vida, especialmente en el combate a los vicios, como el alcohol, el cigarrillo, el juego de azar y las drogas. Individuos, familias y comunidades son recuperadas de las diversas dependencias gracias a la fuerza de la palabra que libera los vicios (PIXLEY, 1991, p. 90).
El don de las lenguas, conocido como glosolalia y el bautismo en el Espíritu, provocan la transformación de la persona por la búsqueda de la voluntad de Dios a través de los textos de las Escrituras Sagradas.
Por medio de la lectura de la Biblia, muchas poblaciones iletradas se apoderan de la palabra que les permite expresar su voz y afirmar sus derechos. La población pobre y marginal, a su vez, es incluida en la sociedad pasando de forma gradual por transformaciones sociales y culturales.
La Biblia da acceso a la participación en los ministerios, aún de personas laicas y analfabetas. En este quiebre del clericalismo y del monopolio de la palabra, personas comunes, en su simplicidad, ejercen ministerios diversos al servicio de la iglesia y de la sociedad.
El respecto a la Biblia lleva a la interpretación literal, frecuentemente llamada de fundamentalismo. Pero, si por un lado hay un apego a la palabra tal cual fue escrita, hay también por el otro lado, la apertura para nuevas interpretaciones, con las reinterpretaciones de la Biblia adaptada a las nuevas situaciones históricas.
2.2 El descubrimiento de la Biblia por parte de los católicos después del concilio del Vaticano II
En los documentos de la Iglesia Católica sobre la lectura de la Biblia se percibe una evolución. Del temor frente a los métodos históricos-críticos, por el peligro que podrían representar para la fe, se pasa a reconocer la importancia de los mismos por la correcta interpretación y el anuncio de la fe (GARMUS, 2013, p. 244).
La evolución relativa de la comprensión de la Biblia por parte de la Iglesia Católica, expresada en los documentos universales, comienza por la Encíclica Providentissimus Deus (1893) y gana destaque en el Divino Afflante Spiritu (1943). Sin embargo, el auge de este cambio sucede en el Concilio del Varicano II con la Constitución Apostólica Dei Verbum (1965). Luego, siguieron importantes documentos como “La interpretación de la Biblia en la Iglesia” (1993) de la Comisión Pontificia Bíblica, y la exhortación apostólica Verbum Domini (2008). Hoy se reconoce que la Biblia fundamenta toda la acción evangelizadora de la Iglesia, como afirma la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, del Papa Francisco (2013).
Los documentos más recientes son divulgados en los diversos países del continente latinoamericano con traducciones y adaptaciones populares. Ese reconocimiento de la centralidad de la Palabra de Dios en la vida y la misión de la Iglesia se hace sentir en las conferencias del Episcopado Latinoamericano. Luego se propagó por las diócesis, parroquias y comunidades, a partir de publicaciones, congresos, comisiones, campañas, escuelas, grupos de reflexión, círculos bíblicos y tantas otras iniciativas. Merece un destaque particular la divulgación del texto bíblico con nuevas ediciones, traducciones y comentarios.
Una característica de la lectura católica de la Biblia es la comprensión según la cual la Palabra de Dios es más amplia que la de la Biblia. “La Biblia no es idéntica a la palabra de Dios, la palabra de Dios abarca más que la Biblia, es analógica” (KONINGS, 2012, p. 240). Esto lleva a la comprensión de que Dios puede revelarse de otras maneras, más allá de su palabra escrita. Esta manifestación divina puede suceder de la forma más natural, en la creación, de manera profética, en la historia y de manera definitiva en la persona de Jesús Cristo.
Otra convicción católica es la relación entre Escritura, Tradición y Magisterio. La tradición oral y la Palabra escrita provienen de la misma fuente y confluyen hacia el mismo fin, mientras que el Magisterio vivo de la Iglesia, al servicio de la Palabra, debe escuchar, guardar y exponer esa misma palabra (Dei Verbum, 9 y 10).
3 Lecturas populares y lecturas eduditas
3.1 Las dos realidades: el libro mágico y el libro liberador
La Biblia es vista, popularmente, como un libro que posee una fuerza y poder en sí mismo, independientemente de su lectura o interpretación. En la visión de la tendencia fundamentalista, ella es una especie de objeto mágico,
La Biblia tiene poder en sí misma pues alivia las angustias, cura las enfermedades, hace milagros. Ella funciona como un talismán o como un calmante, por su fuerza mágica. Sirve para bendecir como también para maldecir y para juzgar con las manos sobre ella, aún cuando ella misma prohíba ese juramento (Mt 5,34).
Dentro de esta visión, la Biblia es usada como horóscopo, como anestesia o como decoración de un estante, y hasta como una receta para adelgazar. Permite el reposo que relaja y restaura las fuerzas. Se trata de la interpretación con tendencia más carismática.
Por otro lado, la Biblia es utilizada como un libro liberador. Este ángulo del análisis es aplicado principalmente por la Teología de la Liberación.
En este sentido, ella es más que un trampolín revolucionario. De esta forma, la leen grupos de personas sin tierras, negros, indígenas, mujeres, homosexuales y lesbianas, villeros, ecologistas, obreros, pescadores y otras categorías sociales.
Es la aliada de las grandes cuestiones, tales como la lucha por la justicia, la defensa de la vida, el combate a las drogas, el derecho de las minorías, etc.
Este método de lectura parte de la observación, el análisis y la actuación sobre la realidad, por su forma de ver, de juzgar y de actuar se considera a la Biblia intrínsecamente vinculada a la realidad del pueblo, a través de la denominada lectura popular de la Biblia que integra la lectura sociológica de la Biblia por el modelo del conflicto (FERREIRA, 2012, p. 14-17). De acuerdo a una mirada hermenéutica aplicada, surgen de allí diversas lecturas, como la indígena, de la raza negra, feminista, de género, etnia y generación. Esta lectura de la Biblia, en su óptica de la liberación, es realizada intencionalmente por CEBI (Centro de Estudios Bíblicos), además de los otros sectores de las Iglesias y de la sociedad.
3.2 Las dos sabidurías: expresiones populares y las investigaciones universitarias
Desde un cierto punto de vista, la Biblia es un libro de origen popular. Dentro de ese mismo punto de vista, ella también inspira sectores populares. En América Latina, como en otros Continentes, la Biblia es -de lejos- el libro más divulgado de la humanidad. Esto significa que ella está en las manos del pueblo, no solo como un texto escrito, sino también como referencia para los dichos y proverbios, para las expresiones artísticas, como pintura, literatura y cine. Eso sin contar, evidentemente, con su uso más difundido en las Iglesias, sea como un texto litúrgico, sea como un libro de oraciones y de catequesis, sea, en fin, como inspiración de toda la acción pastoral.
Para ejemplificar la manera como la Biblia penetra la cultura popular, veremos algunas expresiones de uso corriente. Algunas de ellas son copias literales, otras son adaptaciones, mientras que otras son creaciones libres. Algunas son parte de la cultura popular, de tal forma que no son reconocidas como bíblicas.
“La costilla de Adán” tiene reflejos en la “otra mitad”. “Comer la manzana” hace mención al fruto prohibido del paraíso terrestre. La lluvia muy abundante es “un diluvio”. La confusión se transforma en una “torre de Babel”. Hay un “tiempo de vacas magras” como lo hay “de vacas gordas”. La resignación es la “paciencia de Job”, que de hecho no era tan paciente. En fin, no se debe “llorar las cebollas de Egipto”.
A través del Nuevo Testamento, quien no quiere pagar las cuentas se dice “no ser Cristo”. El incrédulo total es un “Tomé”, pues solo cree viendo y colocando el dedo en la herida. Si el lugar es realmente difícil es allá “donde Judas perdió las botas”. Aquel que sufre demasiado “va viviendo su calvario”, o “cargando su cruz”. También está “el buen ladrón”. Para distinguir bien las cosas, es preciso “dar al César lo que es de César”. También se dice que es preciso “separar la paja del trigo”. Para sacar el cuerpo afuera, basta decir que “lavo mis manos”. Si la decepción fuera muy grande, la persona puede “caer del caballo”. Con relación al fin del mundo, se decía que “mil llegará, dos mil no pasará”.
Pero la Biblia es también la fuente de investigaciones académicas y científicas. En los cursos de Teología, naturalmente, la Biblia siempre ocupa un lugar central. Hay instituciones dedicadas prioritariamente a sus estudios, como por ejemplo el ISEDET en Argentina y UBILA en Costa Rica. También no faltan en diversos países de América Latina las asociaciones de biblistas con congresos y publicaciones científicas.
Diversos cursos de especialización lato sensu promueven el estudio de la Biblia, inclusive con reconocimiento de los órganos federales. La investigación bíblica, mientras tanto, ultrapasa los muros de los seminarios y se sitúa también en las Universidades, en los cursos de Ciencias de la Religión y de la Teología. Varios cursos de postgraduación stricto sensu poseen líneas de investigación sobre literatura sagrada al nivel de maestrías y de doctorado, incluyendo Instituciones Públicas Federales.
En el ámbito de las investigaciones académicas, el área es denominada más comúnmente Literatura Sagrada, en lugar de Biblia, porque se amplía la lectura de las otras “biblias”, esto quiere decir que, hay lugar para los libros sagrados de las otras religiones de la humanidad. Disertaciones y teses discuten desde los detalles de la exégesis del texto bíblico original hasta sus aplicaciones hermenéuticas en las diversas situaciones del continente.
El desafío de confrontar la Biblia y la ciencia tiene hoy nuevos enfoques. El interés por la Biblia proviene a veces de otras áreas como la salud, el derecho, las ciencias exactas, más allá de las ciencias humanas. Teniendo en cuenta esto, el ámbito de los estudios incluye, más explícitamente, contribuciones de otras áreas como Literatura, Historia, Sociología, Antropología y Filosofía.
En el ámbito de las publicaciones, vale la pena destacar algunos proyectos del ámbito continental.
La RIBLA (Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana) es una revista de hermenéutica bíblica, parte de la experiencia cristiana radicada en la Biblia y establece un nexo de vínculo de la diversidad cultural latinoamericana y caribeña. Es una Revista ecuménica, tanto en lo referente a la autoría de los artículos, como en la óptica utilizada en su redacción.
La “Bibliografía Bíblica Latinoamericana” es un proyecto que busca reunir las publicaciones del área bíblica de América Latina y del Caribe, junto a UMESP (Universidade Metodista de São Paulo), para facilitar el elenco de estas publicaciones junto a un breve resumen de cada una de ellas.
El “Comentario Bíblico Latinoamericano” es una propuesta que comenta todos los libros de la Biblia en la óptica de las comunidades pobres de América Latina, con un enfoque ecuménico, práctico y pastoral.
Pero en el campo académico, se destacan las publicaciones de las lecturas eruditas de la Biblia en sus diversas formas. Hay ediciones del texto bíblico, así como diversas traducciones, incluyendo versiones de lenguas indígenas. Los manuales de la exégesis abordan desde la crítica textual hasta las variadas aplicaciones hermenéuticas. Se pueden consultar diccionarios bíblicos, concordancias y atlas producidos desde la óptica latinoamericana.
4 La lectura de la biblia en las comunidades
4.1 Realidad, comunidad y Biblia
La lectura de la Biblia inspira toda la acción pastoral de las Iglesias pero, en la realidad latinoamericana, ella motiva, sobretodo, a las Comunidades Eclesiales de Base. Ese proceso de formación de las pequeñas comunidades comienza con un semillero de Círculos Bíblicos en los que se reúnen pequeños grupos para leer la Palabra de Dios a la luz de la realidad vivida en el cotidiano.
Esta interpretación de la Biblia involucra tres factores íntimamente entrelazados. El primero es el contexto de la realidad vivida por la comunidad, que constituye el pretexto de la lectura. El segundo elemento es la lectura y ahondamiento de la Biblia en cuanto texto que ilumina esa realidad. El tercer factor es la comunidad que lee, formando el contexto de la lectura de la Biblia (MESTERS, 1983, p. 42-47).
Este triángulo hermenéutico presupone, por lo tanto, que la lectura de la Biblia sea siempre vinculada a los temas de las comunidades. También presupone que la Biblia sea el segundo libro, siendo que el primer libro es la realidad vivida, sea ésta la creación, la historia, o el día a día. Presupone, también, que la Biblia provenga de un contexto comunitario y que sea escrita teniendo en cuenta la formación de la vida comunitaria. Como consecuencia, resulta de esto una lectura comprometida con la lucha por la justicia.
4.2 Método socio-histórico
Más allá de los diversos métodos exegéticos, la lectura bíblica latinoamericana privilegia el método que favorece la comprensión de los diversos aspectos de la Biblia, tales como el social, político, económico e ideológico. No es raro que se aplique a la lectura sociológica el modelo del conflicto para percibir mejor la voluntad de Dios en determinada situación.
Sin despreciar la exégesis, sobretodo el método histórico crítico, la lectura realizada en las comunidades tiende a aplicar los textos directamente a la vida con una tendencia hermenéutica. Se trata de una aplicación de los textos a la realidad de las personas, de las familias, de las iglesias y las sociedades, en la búsqueda de una espiritualidad socialmente comprometida (REYES ARCHILA, 1997, p. 9-37).
4.3 Lectura a partir de los nuevos sujetos
El libro sagrado es visto a partir de otros ángulos, privilegiando personas que permanecían en el anonimato. Se trata, inicialmente, de una opción de clase, conforme al eje socioeconómico en la óptica de los estratos más pobres. Pero también otras categorías sociales buscan identificación y fuerza en la Palabra de Dios. Se puede hablar entonces de una lectura indígena de la Biblia, valorizando el punto de vista étnico. La misma clave étnica revela una lectura desde la raza negra. Especial visibilidad ha alcanzado la lectura a partir de la mujer, en la óptica del género.
La visión se expande en la óptica de los nuevos sujetos que se encuentran en la interpretación de la Biblia. Vale destacar a los niños, los preferidos en el Reino de Dios; a los ancianos, pues en ellos se encuentra la sabiduría; a los extranjeros y las minorías étnicas; a los deficientes para que ellos sean integrados; a las personas discriminadas por su opción sexual; a los desterrados y a los sin techo, en la búsqueda de los derechos fundamentales; a los ecologistas, en su defensa del medio ambiente y a tantas otras categorías (RICHTER REIMER; SCHWANTES, 2005).
Valmor da Silva, PUC GO, Brasil. Texto original en portugués.
5 Referencias bibliográfica
BAILÃO, Marcos Paulo Monteiro da Cruz. O lugar da Bíblia na Igreja e no mundo: uma visão protestante. In: MARIANNO, Lília Dias (Org.). Bíblia, violência e direitos humanos: contribuições ao V Congresso Brasileiro de Pesquisa Bíblica. Rio de Janeiro: Eagle Books, 2013, p. 246-256. Livro digital www.furnkranz.com
BENATTE, Antonio Paulo. Os pentecostais e a Bíblia no Brasil: aproximações mediante a estética da recepção. Rever, São Paulo, v. 12, n. 1, p. 9-30, jan./jun. 2012.
FERREIRA, Joel Antônio. Transformação social e a literatura bíblica. In: FERREIRA, Joel Antônio; RICHTER REIMER, Ivoni (Org.). Transformação social, economia e literatura sagrada: VI Congresso Internacional em Ciências da Religião. São Leopoldo: Oikos; Goiânia: PUC Goiás, 2012, p. 11-31.
GARMUS, Ludovico. A leitura da Bíblia na Igreja Católica: como ler e interpretar a Bíblia na Igreja. In: MARIANNO, Lília Dias (Org.). Bíblia, violência e direitos humanos: contribuições ao V Congresso Brasileiro de Pesquisa Bíblica. Rio de Janeiro: Eagle Books, 2013, p. 210-245. Livro digital www.furnkranz.com
JIMÉNEZ, Luz (Coord.). La palabra se hizo india. Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, /Quito, v. 26, n. 1, 1997.
KONINGS, Johan. Interpretar a Bíblia aos cinquenta anos do Concílio Vaticano II. Perspectiva Teológica, Belo Horizonte, v. 44, n. 123, p. 237-256, mai./ago. 2012.
MENA LÓPEZ, Maricel (Coord.). /Raíces afro-asiáticas en la Biblia. Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, Quito, v. 54, n. 2, 2006.
MESTERS, Carlos. Flor sem defesa: uma explicação da Bíblia a partir do povo. Petrópolis: Vozes, 1983.
PIEDRA, Arturo. Evangelização protestante na América Latina: análise das razões que justificaram e promoveram a expansão protestante (1930-1960). Volume 1. São Leopoldo/Quito: Sinodal/CLAI, 2006.
PIXLEY, Jorge. Un llamado a lanzar las redes: el nuevo protestantismo y la lectura popular de la Biblia. Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, Quito, v. 10, n. 3, p. 86-93, 1991.
REYES ARCHILA, Francisco./Hermenéutica y exégesis – un diálogo necesario. Revista de Interpreta/ción Bíblica Latinoamericana, /Quito, v. 28, n. 3, p. 9-37, 1997.
RICHARD, Pablo./RIBLA – 19 años de trabajo y 50 números publicados – síntesis de nuestros logos más significativos. Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, Quito, v. 50, n. 1, p. 11-19, 2005.
RICHTER REIMER, Ivoni; SCHWANTES, Milton (Org.) /Lecturas bíblicas latinoamericanas y caribeñas. Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, Quçito, v. 50, n. 1, 2005.
SILVA, Valmor da. Historia de la lectura de la Biblia en América Latina. La Palabra Hoy, Bogotá, v. 19, n. 71/72, p. 26-59, 1994.