Historia del cristianismo en América Latina: reflexiones metodológicas

Índice

1 Precisando conceptos

2 Especificidad del contexto latinoamericano

3 Historia religiosa y las múltiples formas de Cristianismo

4 Nueva categoría hermenéutica

5 Historiografía precursora

6 Periodización

7 Referencias bibliográficas

1 Precisando conceptos

Hablar de Historia del Cristianismo en América Latina implica, ante todo, precisar algunos conceptos básicos: lo que se entiende por cristianismo y lo que implica el contexto Latinoamericano.

De los tiempos del descubrimiento de América (1492) hasta la tercera década del siglo XIX, proponer una Historia del Cristianismo en Hispanoamérica significaba hacer referencia casi exclusivamente a la Historia de la Iglesia Católica en el Nuevo Mundo. Sólo a finales del siglo XX comenzaron a aparecer los primeros trabajos históricos sistemáticos sobre el cristianismo en América Latina. Sin embargo, la mayoría de los autores que abordaron el tema en sus manuales trató el cristianismo como sinónimo de “Iglesia Católica Apostólica Romana” y comprendió a América Latina como un continente eminentemente “cristiano”. Por otro lado, también los autores que tuvieron una pretensión más ecuménica trataron el protestantismo histórico (luteranos, calvinistas, metodistas, bautistas), el anglicanismo y el pentecostalismo como apéndices de la historia del catolicismo en América Latina. Por eso, la historia del cristianismo en América Latina todavía carece de un tratamiento que considere la historia ecuménica de la “Iglesia”, de acuerdo con su concepto más propio, es decir, como fruto de la llamada de Jesucristo, confesado por los cristianos, como hijo de Dios. En este sentido, más que institución humana, el concepto eclesiológico de la Iglesia debería ser tratado como movimiento histórico del cuerpo místico de Cristo, comunidad de los santos, pueblo de Dios, mediatizada por los signos históricos como la evangelización por los sacramentos del bautismo, de la eucaristía, el matrimonio, la confesión, la ordenación presbiteral; por la oración y las devociones, por las vocaciones, por la cruz, sufrimientos y persecuciones. Esta eclesiología abriría espacio a una historiografía ecuménica.

Las definiciones de “cristianismo” en los diferentes estudios historiográficos presentan significativas variaciones. Para unos, el cristianismo identificaría una corriente de pensamiento, de conducta, de educación, de ordenamiento social, jurídico y político, cuya raíz estaría en la vivencia de fe en la Iglesia. En su sentido más amplio, sería la repercusión de la tradición cristiana en todos los ámbitos de la vida, así como fue considerada en una determinada época.

Latinoamérica, a su vez, es un concepto cultural, no geográfico. Fue acuñado en Francia en el siglo XIX para describir el alcance de los países americanos que se estaban configurando constantemente con la civilización latina, a través de la intervención de españoles, portugueses, franceses e italianos. Con frecuencia, la historiografía utiliza el concepto de Iberoamérica para designar a los países al sur de los Estados Unidos. El concepto de América Latina es más amplio, ya que podría incluir las antiguas posesiones españolas que hoy tienen tradiciones inglesa, francesa y holandesa. Sin embargo, este mismo concepto tiene una unilateralidad importante, pues excluye los elementos culturales indígenas y africanos y, de cierta forma, perpetúa la idea conceptual del estado de dependencia cultural del hemisferio meridional de América con relación a Europa.

2 Especificidad del contexto latinoamericano

Un segundo elemento importante a ser considerado en una historia del cristianismo es su contexto, es decir, América Latina, como continente multifacético. América Latina, lejos de presentarse unitaria, como su nombre parece sugerir a primera vista, se presenta fundamentalmente dividido lingüísticamente y culturalmente entre las culturas hispana y portuguesa. Además, América Latina fue escenario de acciones del sistema colonial europeo, del imperialismo europeo y norteamericano, de revoluciones, ideologías y teologías.

3 Historia religiosa y las múltiples formas de Cristianismo

En el estudio del cristianismo, específicamente en América Latina, hay una cuestión de perspectiva que no puede ser desconsiderada: ¿se debe pensar en una historia religiosa o en una historia no religiosa del cristianismo en América Latina? En el caso de una historia religiosa, el acento recae en las relaciones de la Iglesia o de las Iglesias con los Estados. Por otro lado, es importante no olvidar que el cristianismo latinoamericano históricamente se presentó bajo múltiples facetas de pensamiento, de espiritualidad. Cada una de ellas expresa una época determinada, una forma específica de vivir el cristianismo, donde el principal énfasis estaría en la relación del pensamiento cristiano con la cultura. Algunas formas de cristianismo fueron, hasta el presente, descartadas por los estudiosos, por ser consideradas fruto del “sincretismo”, pero que deberían ser consideradas en un estudio global sobre el cristianismo en América Latina.

4 Nueva categoría hermenéutica

Hasta hace poco, el paradigma historiográfico que servía de base para la Historia del Cristianismo en América Latina se fundaba en el modelo de la “cristiandad”. Según este modelo, la historia sería fruto del enlace entre personas e instituciones que formarían las relaciones entre la Iglesia y el Estado, en las cuales se buscaba mostrar cómo esta articulación, hasta cierto punto, favorecía la evangelización misionera en el Nuevo Mundo. A partir del Concilio Vaticano II y posteriormente de la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín (Colombia, 1968) y de la Tercera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, en Puebla (México, 1979), los teólogos vinculados a la Teología de Liberación introdujeron una nueva categoría hermenéutica, la cual sirvió de base para la relectura de la Historia del Cristianismo en América Latina: fue la categoría del “pobre”. Desde el punto de vista sociológico, “pobre” hace referencia a una clase social. Pero como “sujeto histórico”, pobres son los miserables, los marginados, el indígena, el inmigrante, los esclavos; todo aquel que es despojado de sus derechos y dignidades más fundamentales. En este sentido, la Historia del Cristianismo a partir de la mirada del vencido, del marginado, del pobre, (ver: La historia de los vencidos: indígenas y afrodescendientes), amplía el campo historiográfico que, de otro modo, sería casi restringido a las relaciones de la jerarquía y de poderes de las instituciones. Sin desconocer los debidos contextos históricos, la historiografía del Cristianismo en América Latina debe integrar al hombre latinoamericano, dependiente, dominado y oprimido, según los elementos característicos de una sociedad cuya pérdida de la autonomía, la destrucción de las unidades étnicas y la sumisión forzada, forman parte esencial para la comprensión de los procesos que dificultan, o inviabilizan por completo, el desarrollo tecno-científico, y llevan a la pérdida de control del propio destino socio-político.

5 Historiografía precursora

Hasta los inicios de la década de los 60, la historiografía sobre el cristianismo en América Latina estaba restringida casi íntegramente a la consideración de la Historia eclesiástica latinoamericana. La investigación, y como consecuencia también la periodización, dependía por completo de la historia de la Iglesia en las diversas unidades nacionales. No faltaron iniciativas de historiografías más globales, como la de Houtart, que, entre 1958 y 1962, inicia la publicación de los Estudios religiosos de la FERES (Federación Internacional de los Institutos Católicos de Investigaciones Sociales y Socio-religiosas), en Friburgo y Bogotá. Aunque el intento de formular un nuevo paradigma para la historiografía sobre la historia del cristianismo en América Latina (en el primer tomo abordaba la evangelización en América Latina, y en el tercero, la Iglesia en la crisis de la independencia), Brasil quedaba fuera de la investigación. Las diferencias culturales y lingüísticas entre Brasil y los demás países hispanoamericanos mantuvieron las investigaciones sobre el cristianismo en el ámbito de la implantación de la Iglesia y por vías completamente paralelas hasta los años 70. En general, las obras que se publicaron en aquella década, la Historia de la Iglesia de la América española, de los jesuitas Lopetegui, Zubillaga y Egaña (1965-1966), estaban circunscritas a la América hispánica. Por eso, la lógica hermenéutica aún seguía siendo basada en las historias diocesanas regionales y en la cronología hispánica, como, por ejemplo, para el período colonial: de Fernando V a Felipe II (1508-1556); de Felipe II a Carlos II (1556-1700); y de Carlos II a Fernando VII (1700-1833). Pese a todo ya comenzaban a surgir intentos de “síntesis”, como en el caso de Egaña (cuyos títulos eran: “Acción santificadora de la Iglesia”, “Acción cultural de la Iglesia” y “Acción artística de la Iglesia”. Como puede observarse el ámbito aún continuaba en la historia de la Iglesia).

Enrique Dussel (1972) publicó su Historia de la Iglesia en América latina, introduciendo en el subtítulo Medio milenio de coloniaje y liberación (1492-1992). Sin embargo, Brasil era tratado sólo marginalmente y el protestantismo aparecía sólo en los apéndices V y VI. Sin embargo, Dussel y Hoornaert (1974), en Brasil, fueron los primeros en insertar en sus síntesis las cuestiones planteadas por el Concilio Vaticano II y por la Conferencia de Medellín. Ambos influenciaron las investigaciones y publicaciones de la Comisión de Estudios de Historia de la Iglesia en América Latina (CEHILA).

Después de Kenneth Scott Latourette, con la History of the expasion of Christianity (1939 y 1943 para América Latina), fue el historiador cubano Justo González, con su Historia de las misiones (1970) el primero en presentar una síntesis sobre la difusión del cristianismo y del protestantismo en América Latina. Para el Caribe, Justo presentó en 1969 una historia ecuménica del “desarrollo de la cristiandad”, analizando, según las categorías de crecimiento y relevancia de la Iglesia, su relación con los problemas sociales y políticos de América Latina. En este sentido, tres años antes, Lloyd Mecham publicó Church and state in Latin America. A history of politico-eclesiastical relations (1966), que ya consideraba la presencia protestante en sus análisis.

Por último, los grandes manuales como la New Catholic Encyclopedia (t. VIII, 1967) y el Manual de Historia de la Iglesia, de H. Jedin, que dedica varias secciones a América Latina (1966-1979), incluyen el Cristianismo en América pero en su relación con la Iglesia (con excepción de la parte tratada por F. Zubillaga (1967-1979). En el ámbito protestante, se destaca el manual dirigido por Kurt Dietrisch Schmidt y Ernst Wolf, Die Kirche in ihrer Geschichte, que analiza el desarrollo del protestantismo junto con el del catolicismo, incluyendo también una sección para Brasil.

6 Periodización

La periodización de la historia del cristianismo en América Latina se presenta de difícil determinación. Primero, porque la Historia latinoamericana no se encuadra en la tradicional clasificación de antigua, media, moderna y contemporánea (a pesar de los innumerables inconvenientes que tal clasificación pueda suscitar). Tampoco ayuda a la definición de los períodos el artificio de equivalencia entre las culturas superiores americanas y la historia antigua, el período colonial y la edad media, el período de la ilustración y el período del renacimiento europeo, o el período de las independencias, la formación de los estados nacionales y de la penetración del protestantismo en el siglo XIX y el período contemporáneo. Tales comparaciones no se resisten a un análisis más profundo de sus contextos. El período colonial, que desde el siglo XVI fue profundamente marcado por el espíritu barroco y por las resoluciones del Concilio de Trento, no puede equipararse al medievo europeo. De la misma forma, el fenómeno de la expansión del protestantismo no es comparable a la época de la Reforma en Europa. Esto significa que no existen modelos previos de periodización para la Historia del Cristianismo en América Latina. Lo que los investigadores han propuesto son intentos, más o menos amplios, de una periodización basada en la cronología de la Historia de la Iglesia Católica en América Latina, además de separar (con algunas excepciones) los modelos referentes a América de lengua hispánica y al Brasil.

Un ejemplo de periodización, propuesto por E. Dussel (1972), se articula como sigue:

1 La cristiandad de las Indias Occidentales (1492-1808)

1.1 Primera etapa. Los primeros pasos (1492-1519)

1.2 Segunda etapa. Las misiones de Nueva España y Perú (1519-1551)

1.3 Tercera etapa. La organización fortalecimiento de la Iglesia (1551-1620)

1.4 Cuarta etapa. Los conflictos entre la Iglesia misionera y la civilización hispana (1620-1700)

1.5 Quinta etapa. La decadencia borbónica (1700-1808)

2 Agonía del cristianismo colonial (1808-1962)

2.1 Sexta etapa. La crisis de las guerras de la independencia (1808-1825)

2.2 Séptima etapa. La crisis se profundiza (1825-1850)

2.3 Octava etapa. ¡La ruptura se produce! (1850-1930)

2.4. Noveno paso. Renacimiento de las elites latinoamericanas, en un proyecto de nueva cristiandad (1930-1962)

3 Aurora de una nueva época (a partir de 1962)

3.1 La crisis latinoamericana de la liberación.

3.2. Descripción de los acontecimientos recientes[1]

Naturalmente, este modelo no encaja perfectamente para Brasil, que comenzó su movimiento misionero mucho más tarde. Además de eso, sólo con la creación del Arzobispado de Salvador de Bahía, en 1676, y con la erección de la última diócesis en el período colonial, en 1745, Mariana (MG), es que se puede considerar la organización y consolidación de la Iglesia Brasileña. Por último, también refiriéndonos a Brasil, fue la dinastía de Braganza la que estuvo en el poder en Portugal de 1640 a 1810.

Por eso, E. Hoornaert, en Para una Historia de la Iglesia en Brasil (1973), propone otra periodización que toma en consideración la especificidad de la historia brasileña.

1 – La cristiandad brasileña (1500-1808)

1.1 – La Evangelización

1.1.1 – 1500-1614: Período transoceánico o de las costas

1.1.2 – 1614-1700: Colonización del interior del país a través de las rutas fluviales

1.1.3 – 1700-1750: Descubrimiento de las “minas genais” (los ricos depósitos existentes en el Estado federal del mismo nombre) y el comienzo del “Gran Brasil”

1.1.4 – 1750-1808: Reacción del pacto colonial de Portugal y Brasil ante los nuevos hechos establecidos por el Tratado de Utrecht (1713)

1.2 – La organización (órdenes, episcopado, clero, seglares)

1.3 – La vida cotidiana (clero, tipología del catolicismo

2 – La Iglesia y el nuevo Estado (1808-1930)

2.1 – La emancipación política y la Iglesia

2.2 – La formación del nuevo Estado y de la Iglesia

2.3 – La reorganización de la Iglesia ante el Estado liberal y su crisi

3 – Para una Iglesia Latinoamericana (a partir de 1930)

3.1-  El laicado y el problema social (1930-1962)

3.2 – La Iglesia del Vaticano II, del CELAM y de la Liberación

Como se puede notar, la periodización propuesta por Hoornaert se adapta a la historia de la Iglesia Católica en Brasil y, al menos en el momento de su proposición (1973), no consideraba el tema de los protestantes en Brasil.

Hay todavía otros intentos, como la del historiador uruguayo Methol (1968). Su modelo, que incluye la historia brasileña, se articula bajo tres ejes:

1 La cristiandad indígena (1492-1808)

2 La primera emancipación y la anarquía de la Iglesia (1808-1831

3 La Iglesia entre la restauración y la secularización (1831-1962)

Aunque se han hecho enormes avances en las investigaciones, en la etapa actual de la periodización para la historia del cristianismo en América Latina, se observa que aún no se ha alcanzado una periodización unitaria plenamente satisfactoria. Cada modelo presenta ventajas y desventajas. Con certeza, la superación de la bipartición historia colonial e historia de América Latina y la aceptación por parte de los investigadores del principio de mutua relación entre ambas ya está llevando a síntesis más amplias.

Una propuesta, en este sentido, es la del manual de Hans-Jürgen Prien, La Historia del Cristianismo en América Latina (1985), el cual articula su periodización histórica de la siguiente manera:

1 Desarrollo del cristianismo latinoamericano bajo el signo del modelo de “cristiandad”

2 Crisis de la “cristiandad” latinoamericana en la época del Iluminismo y la emancipación política

3 Iglesia y Sociedad entre la restauración y la secularización. Cuestionamiento y supresión del modelo tradicional de la “cristiandad” latinoamericana en virtud del liberalismo y del protestantismo

4 El cristianismo en la época del ecumenismo y de la crisis de los Estados Nacionales en el conflicto del desarrollo

En consecuencia, independientemente de por cuál periodización se opte (con las relativas ventajas y desventajas), ciertamente no podemos entender las raíces y los profundos cambios por los que pasó el Cristianismo en América Latina y, específicamente en Brasil, si no consideramos algunos factores fundamentales que, por sí mismos, ya indican un esbozo de periodización.

Para Enrique Dussel, los períodos históricos pueden ser considerados como momentos internos de las épocas, cuyos límites serían marcados por los cambios de los bloques históricos de poder. Ya Ondina E. González y Justo González en su libro, Cristianismo en América Latina. Una historia (2010), incluye un período para el catolicismo después del Vaticano II y otro para el pentecostalismo y los movimientos autóctonos.

En este sentido, podríamos pensar la Historia del Cristianismo en América Latina genéricamente dividida de la siguiente forma:

1ª época – Del “descubrimiento” hasta mediados del siglo XVI. Abarcaría el tiempo de implantación de la presencia hispano-lusitana, el proceso de colonización y de expansión misionera.

2ª época – Abarcaría el periodo temporal desde mitad del siglo XVI hasta 1620. Además de continuar con el proceso anterior, esta época trataría de la implantación de las estructuras de la Iglesia colonial y de todas las formas de religiosidad cristiana en este periodo colonial. Especialmente importante sería el Concilio de Lima (1551), la fundación de la Diócesis de Bahía, la llegada de los jesuitas a Brasil (1549). Y, finalmente, la estructura organizacional de la Iglesia colonial ya formada.

3ª época – comenzaría en 1620, extendiéndose hasta 1700 (* 1777). Sería el período del “Cristianismo Barroco”, que se concluiría con la crisis de la sucesión dinástica, con la sustitución de los Habsburgo por los Borbones, en España. Este período estar marcado por una reorganización de la sociedad colonial, incluyendo la Ilustración en América Latina. En el caso brasileño, el eje cronológico se extendería hasta el final del período pombalino (* 1777). Las reformas pombalinas cambiaron la configuración político-social de Brasil, con los consecuentes reflejos en la vida eclesial del catolicismo brasileño.

4ª época – Abarcaría el período cronológico entre 1780 y 1914. Este largo período abarcaría el tiempo de crisis del período colonial (1807-1830), las guerras de emancipación (1830-1880) y la reorganización de los estados nacionales en América Latina. Sería momento que ocurriría la definitiva escisión entre un cristianismo marcado por una Iglesia de tipo patronal y la época de la emancipación de la oligarquía criolla. En Brasil, la “cuestión religiosa” llevará a la separación entre Iglesia y Estado, y a la “romanización del catolicismo”. Entre 1880 y 1914, tendríamos el fenómeno del imperialismo, acompañado por el positivismo, y por la expansión protestante. El cristianismo será marcado por la lucha entre conservadores y viejos liberales en busca de un nuevo orden estatal. Llegan a América Latina los ecos de un liberalismo “tardío” y del cientificismo. El estado liberal hará la “desamortización” de los bienes eclesiásticos. El protestantismo tendrá un discurso muy similar al catolicismo romanizado. Instalación de las congregaciones religiosas modernas y apertura de colegios protestantes.

5ª época – De 1914 hasta el presente. Abarcaría el período entre las dos grandes guerras. En América Latina, el cristianismo sería fuertemente marcado por los movimientos populistas. La Iglesia Católica abriría mayor espacio a los movimientos laicos y la inserción en la vida civil. El protestantismo, a su vez, propondrá un modelo de vida eclesial en que América Latina será considerada como territorio de evangelización, iniciando su expansión. Fueron importantes para esta penetración los Congresos de Panamá (1916), Montevideo (1925) y La Habana (1929). El Concilio Vaticano II y sus ecos, con las Conferencias de Medellín, Puebla y Santo Domingo. Todavía forma parte de este período la renovación del cristianismo con relación a los proyectos desarrollistas de los estados (1955-1965); el choque con los gobiernos dictatoriales y con la Doctrina de Seguridad Nacional (1965-1980); la opción preferencial por los pobres, la crisis provocada por la Teología de Liberación; y la participación de las iglesias en las diversas vertientes de las ideologías socialistas. Un último elemento muy importante para la historia del cristianismo sería el desarrollo de las múltiples manifestaciones del cristianismo pentecostal / evangélico y los movimientos autóctonos. El cristianismo “sincrético”.

Este intento de periodización ejemplifica la complejidad y el alcance de una historia del cristianismo en América Latina.

Luiz Fernando Medeiros Rodrigues, SJ. Unisinos, São Leopoldo (Brasil). Original en portugués

7 Referencias

DREHER, Martin N. A Igreja Latino-Americana no Contexto Mundial. 3a. Ed. São Leopoldo: Sinodal, 2007.

DUSSEL, Enrique. Historia de la Iglesia en América latina. Medio milenio de coloniaje y liberación (1492-1992). 2ª ed. Nova Terra: Barcelona, 1972.

EGAÑA, Antonio de. Historia de la Iglesia en la América española desde el descubrimiento hasta comienzos del siglo XIX. Hemisferio Sur. Madrid: BAC, 1966.

GONZÁLEZ, Justo L. Historia de las missiones. Bueno Aires: Methopress, 1970.

GONZÁLEZ, Ondina E.- GONZÁLEZ, Justo. Cristianismo na América Latina. Uma história. São Paulo: Editora Vida Nova, 2010.

HOORNAERT, Eduardo. “Para uma história da Igreja no Brasil”. In: REB, mar. 33 (1973): 117-138.

HOUTART, François. La Iglesia latino-americana en la hora del concilio. FERES: Fibourg/Bogotá, 1963.

JEDIN, Hubert. Manual de Historia de la Iglesia. (Biblioteca Herder, 10 T.). Barcelona: Ed. Herder, 1966-1987.

LATOURETTE, Kenneth Scott. A history of the expansion of cristianity. vols. III,V. New York: Harper & Bros, 1939, 1943.

LOPETEGUI, Léon-ZUBILLAGA, Félix. Historia de la Iglesia en la America española. Desde el descubrimiento hasta comienzos del siglo XIX. México. América Centra. Antillas. (Biblioteca de Autores Cristianos). Madrid: BAC, 1965.

MECHAM, John Lloyd. Church and State in Latin America: A History of. Politico-Ecclesiastical Relations. 2 ed. Chapel Hill: University of North Carolina Press, 1966.

METHOL, Ferré. Las épocas. La Iglesia en la historia latino-americana. IN: Víspera II, 6 (1968): 68-86.

PRIEN, Hans-Jürgen. La Historia del Cristianismo en America Latina. S. Leopoldo/Salamanca: Sinodal/Sígueme, 1985.

SCHMIDT, Kurt Dietrisch-WOLF, Wolf, Die Kirche in ihrer Geschichte. Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht, 1967.

[1] E. Dussel fue sistemáticamente desarrollando y añadiendo nuevos elementos a su trabajo original de 1992. En la edición de 1992 se encuentra un elemento más: La Iglesia, los regímenes de seguridad nacional y el proceso de redemocratización, de Sucre a Santo Domingo.