Células Madre

Índice

1 ¿Qué son las células madre?

1.1 Células madre Totipotentes

1.2 Células madre Pluripotentes

1.3 Células madre Multipotentes

2 Células madre embrionarias y la cuestión ética

3 Células madre adultas

4 Clonación

5 Células madre en América Latina

Conclusión

6 Referencias

1 ¿Qué son las células madre?

Actualmente al hablar de células madre se vuelve casi imposible tener acceso a todo lo que se escribió y se escribe sobre ellas. Y cuando se habla de investigaciones con esas células se entra en un campo extremadamente complejo. Sin embargo, al definirse lo que son, hay bastante consenso. Por eso, se puede decir que las células madre son células indiferenciadas, es decir, no especializadas y que presentan dos características:

1) la capacidad de auto-renovación ilimitada o prolongada, es decir, de reproducirse por mucho tiempo sin diferenciarse; y 2) la capacidad de originar células progenitoras de tránsito, con capacidad proliferadora limitada, de las que descienden poblaciones de células altamente diferenciadas (nerviosas, musculares, hemáticas, etc.)” (LEONE; PRIVITERA, 2004, 165).

Se pueden definir también con otras palabras diciendo que “las células madre son células que tienen la capacidad de auto-renovarse (self renewing) y de dividirse (self replicate) indefinidamente, in vivo o in vitro, dando origen a células especializadas “(BARTH, 2006, 26). Por lo tanto, la auto-renovación es la capacidad que las células madre tienen de proliferar, generando células idénticas a la original (otras células madre). Y el potencial de diferenciación es la capacidad que tienen de, en condiciones favorables, generar células especializadas y de diferentes tejidos.

De acuerdo con su potencial de diferenciación, las células madre se clasifican en tres niveles diferentes: células totipotentes, pluripotentes y multipotentes

1.1 Células madre Totipotentes

Las células madre totipotentes son el único tipo capaz de originar un organismo completo, ya que tienen la capacidad de generar todos los tipos de células y tejidos del cuerpo, incluyendo los tejidos embrionarios y extra embrionarios (como la placenta, por ejemplo). Los únicos ejemplos de células madre totipotentes son el óvulo fecundado (cigoto) y las primeras células procedentes del cigoto, hasta la fase de 16 células de la mórula inicial, una etapa precoz del desarrollo embrionario, antes de la etapa de blastocisto.

1.2 Células madre Pluripotentes

Las células madre pluripotentes tienen la capacidad de generar células de los tres folletos embrionarios (tejidos primordiales de la etapa inicial del desarrollo embrionario, que darán origen a todos los demás tejidos del organismo, se llaman ectodermo, mesodermo y endodermo). En oposición a las células madre totipotentes, las células pluripotentes no pueden originar a un individuo como un todo, porque no logran generar tejidos extraembrionarios. El mayor ejemplo de células madre pluripotentes son las células de la masa celular interna del blastocisto, las llamadas células madre embrionarias.

Recientemente, científicos han desarrollado una técnica para reprogramar genéticamente células adultas – diferenciadas – para un estado pluripotente. Las células generadas por esta técnica se llaman células madre de pluripotencia inducida (iPS, da sigla em inglés induced pluripotent stem cells) y presentan características muy parecidas a las células madre pluripotentes extraídas de embriones.

1.3 Células madre Multipotentes

Las células madre multipotentes tienen la capacidad de generar un número limitado de células especializadas. Se encuentran en casi todo el cuerpo, siendo capaces de generar células de los tejidos de los que proceden. Son responsables también por la constante renovación celular que ocurre en nuestros órganos. Las células de la médula ósea, las células madre neuronales del cerebro, las células de la sangre del cordón umbilical y las células mesenquimales son ejemplos de células madre multipotentes.

2 Células madre embrionarias y la cuestión ética

Las células madre embrionarias son retiradas del propio embrión para ser usadas en investigación. El hecho de que el embrión, hasta el 14ºdía, dividido en partes, pueda dar origen a individuos genéticamente iguales, ha llevado buen número de científicos a adoptar el término preembrión, justificando que no estamos ante un ser humano y sí ante un aglomerado de células, y por lo tanto, en ese caso se puede usar como fuente de investigación.

En Brasil, el 24 de marzo de 2005 el Senado Federal aprobó la ley de número 11.105, que en su artículo 5º. “se permite, para fines de investigación y terapia, la utilización de células madre embrionarias obtenidas de embriones humanos producidos por fertilización in vitro y no utilizados en el respectivo procedimiento” (Ley de bioseguridad). La ley afirma que deben ser embriones inviables, estén congelados hace tres años o más. Es necesario también el consentimiento de los genitores y las investigaciones con células madre embrionarias humanas deben someter sus proyectos a los comités de ética en investigación. Esta posición del Senado brasileño nace de la visión reduccionista que afirma que hasta el 14º día no existe vida humana en el embrión y eso hace “posible su utilización en investigación y en la derivación de células madre” (BARTH, 2006: 167). Actualmente en el mundo son muchos los países que aceptan y legitiman la investigación con células madre embrionarias.

Sin embargo “el intento de establecer este término y esta fase de desarrollo para el embrión recibió tal crítica que hoy pocos todavía utilizan este término” (BARTH, 2006, 157). Con ello queda claro que “ningún manual moderno de embriología humana habla de preembrión” (CIPRIANI, 2007, 29).

Para la biología actualmente es consenso que “luego de la fecundación, en el genoma de esas pocas células existe el programa de un individuo humano al inicio de su viaje extraordinario intra y extrauterino que lo convertirá en un individuo adulto” (CIPRIANI, 2007, 29).

Para la comprensión de la Iglesia está definido que después de la fecundación no se está ante una persona, pues convertirse en persona sucede más tarde. Sin embargo, se está ante un ser humano. Es en este sentido que la Iglesia afirma que “desde el momento de la concepción, la vida de todo ser humano debe ser respetada de modo absoluto, porque el hombre es en la tierra la única criatura que Dios” quiso por sí misma “(cf. CDF, 1987, n. 5, 14). Y el mismo documento, más adelante afirma que “el ser humano debe ser respetado como persona, desde el primer instante de su existencia” (n. I, 1, 16). Destacando que, en el cigoto, que está constituido de la fusión de los núcleos de los gametos masculino y femenino, “derivado de la fecundación ya está constituida la identidad biológica de un nuevo individuo humano” (n. I, 1, 17). Hay quienes afirman que el fruto de la concepción, al menos hasta cierto número de días, no puede todavía considerarse una vida humana personal. En realidad, sin embargo, a partir del momento en que el óvulo es fecundado, se inaugura una nueva vida que no es la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por cuenta propia ” (JUAN PABLO II, 1995, n. 60). En este sentido se puede afirmar que

“el organismo humano no es sólo un montón de células, sino un conjunto autoorganizado de células que tiene la capacidad de desarrollarse, y manifestar plenamente al ser humano que está presente a partir de la fecundación. Este principio interno hace que este embrión alcance su madurez humana. La vida prenatal es una vida plenamente humana en todas las fases de su desarrollo. La ley ontogenética impone una gradual diferenciación y organización, pero existe una unicidad que garantiza ser siempre el mismo ser humano que se desarrolla, desde la concepción, pasando por diversas etapas, hasta llegar a la madurez de persona humana (BARTH, 2006, 163).

Por eso, desde el punto de vista ético, en la posición de la Iglesia Católica, cualquier intervención que pretenda producir o utilizar embriones humanos para la preparación y utilización de células madre, lesionando “grave e irremediablemente el embrión humano, interrumpiendo su evolución, es un acto gravemente inmoral y, por lo tanto, gravemente ilícito “(PONTIFICIA ACADEMIA PRO VITA, 2000, 15). La Iglesia deja clara su posición respecto al embrión cuando afirma que “el ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde su concepción y, por eso, desde ese mismo momento deben ser reconocidos los derechos de la persona, entre los cuales, el primero de todos, el derecho inviolable de cada ser humano inocente a la vida “(CDF, 1987, n. I, 1, 18).

En el inicio del año 2008, en Brasil, la discusión sobre las investigaciones con células madre embrionarias se tornó agravada por el hecho de la acción de inconstitucionalidad de la ley de bioseguridad, que permitía la investigación con células madre embrionarias. En la votación realizada en el STF (Supremo Tribunal Federal) ganó la posición que posibilitaba la continuación con tales investigaciones.

Los partidarios de tales investigaciones afirman que el embrión no es vida humana. Y según ellos, después de tres años de congelación tales embriones son inviables, pudiendo ser usados en investigación. Y tal procedimiento se justifica porque estas células pueden ser fuente de posible cura de muchas enfermedades degenerativas del ser humano. El uso de las células madre embrionarias requiere su retirada en embriones con pocos días de vida, sacrificando los mismos. Este procedimiento crea una situación extremadamente delicada y difícil desde el punto de vista ético.

Ahora bien, tanto los tratados de biología, como los de medicina, afirman que la vida humana comienza a partir de la fecundación, y después el crecimiento del embrión es autónomo, constante y progresivo.

Desde el punto de vista filosófico, afirmar que la vida humana comienza a partir de cierto número de días, es una posición arbitraria establecida a partir de razones subjetivas. Es necesario partir del criterio de fundamento, hecho objetivo que afirma que la vida humana empieza con la fecundación. En este sentido es importante tener presente que “el inicio de la vida humana no puede ser fijado por una convención en una cierta etapa del desarrollo del embrión; en realidad, ella comienza ya en la primera etapa del desarrollo del propio embrión “(PONTIFICIA ACADEMIA PRO VITA, 2001, 4). Por eso, al trabajar con el embrión entendido como ser humano, es preciso concederle un estatus moralmente relevante asegurándole derechos individuales que impiden que sea destruido o que sea puesto en riesgo. En realidad, el hecho de pertenecer a la especie humana envuelve por sí solo un derecho particular a la protección que trasciende lo aplicado a los animales. Quien no respeta los embriones individualmente, pero los protege como material biológico especial que merece respeto en función de su uso para la investigación, viola

“el estado moralmente relevante de un ser humano. ¿Pero no será el problema más amplio? La Iglesia Católica sostiene que un embrión tiene que ser tratado como una persona. Esta formulación es bien cuidadosa, pues no afirma simplemente que los embriones sean idénticos a las personas. La Iglesia alega que no podemos distinguir ‘seres humanos’ de ‘personas’ atribuyéndoles dos niveles diferentes, porque el desarrollo de un ser humano es un proceso continuo y unificado. Se pueden establecer diferencias en este proceso, pero no descompuesto en diferentes fases. En efecto, serían imprevisibles las consecuencias para la sociedad humana de la distinción entre seres humanos sobre la base de la etapa de desarrollo. La inseparabilidad de los seres humanos viene también de la reflexión de que, en esa condición, no podemos definir a los demás como humanos o no si ellos existen como tal. La consecuencia de la inseparabilidad de un ser humano y de su desarrollo es un estado moralmente relevante que garantiza al embrión una protección plenamente válida de la vida. Esto no permite que sean usados ​​para la investigación, que los trata como materia prima. Si este estado se respeta, la vida, como el derecho más fundamental, no puede ser ponderada en comparación con otros bienes de alto estatus(MIETH, 2003, 173).

Por lo tanto, según la ética, especialmente la ética cristiana, no se puede aceptar la investigación con células madre embrionarias, porque los fines no justifican los medios, y en ese caso, el bien que se quiere alcanzar que es la cura de enfermedades de personas adultas, pasa por la eliminación de seres humanos. Por eso, “un fin bueno no hace buena una acción que, en sí misma es mala” (PONTIFICIA ACADEMIA PRO VITA, 2000, 15).

Al mismo tiempo no se puede desconsiderar el hecho de que la ciencia evoluciona continuamente, y en los últimos años ha habido gran avance en el trato con el embrión humano. Hay varias investigaciones publicadas donde se habla de que hoy es técnicamente posible extraer sólo una célula del embrión humano y a partir de ella comenzar su multiplicación indefinidamente. La gran ventaja de esta técnica desde el punto de vista ético es el hecho de que el embrión no es destruido. “Citemos esta noticia que afirma que” una empresa estadounidense de Massachusetts dijo haber desarrollado una forma de producir células madre embrionarias humanas sin dañar el embrión original, en un descubrimiento que podría eliminar las objeciones éticas a ese tipo prometedor de investigación “(EL GLOBO ON- LINE, 24/08/2006). No viene al caso aquí entrar en detalles en las cuestiones técnicas de este tipo de procedimiento, el cual resolvería las cuestiones éticas planteadas por las investigaciones con embriones humanos.

3 Células madre adultas

Las células madre adultas son retiradas de determinado tejido del organismo del ser humano con su aprovechamiento en el propio individuo o en otros individuos. Al hablar de estas células, hasta hace años se sabía que existen en muchos tejidos adultos y son capaces de dar origen sólo a células de cierto tejido. Sin embargo, se sabe que la ciencia avanzó mucho en la investigación con estas células y recientemente “se descubrieron también en varios tejidos humanos células madre pluripotenciales, es decir células capaces de dar origen a otros tipos de células, en su mayoría hemáticas, musculares y nerviosas “(PONTIFICIA ACADEMIA PRO VITA, 2000, 9-10). Por eso, recientemente varios científicos investigadores con células madre embrionarias cambiaron de posición porque dos descubrimientos mostraron que es posible, a partir de células adultas, reprogramarlas para que sean pluripotentes.

El progreso y los resultados alcanzados con células madre adultas, además de su plasticidad, presenta “una amplia posibilidad de prestaciones, presumiblemente no distintas de los usos de las células madre embrionarias, ya que la plasticidad depende en gran parte de una información genética, que puede ser reprogramada “(PONTIFICIA ACADEMIA PRO VITA, 2000, 12).

 Sin embargo, no se puede ser ingenuo y creer que la cuestión ética pesa tanto al punto de que las investigaciones con células madre embrionarias sean abandonadas. Lo que realmente está ocurriendo es una especie de guerra económica. Se ha invertido mucho dinero en la construcción de laboratorios para investigación con células madre embrionarias y no se vuelve atrás, incluso porque este tipo de investigación es más complejo y requiere una tecnología más avanzada. Es necesario tener presente que “las empresas no producen altruísticamente líneas celulares para donarlas para investigaciones o para fines terapéuticos. Todo es patentado y vendido “(BARTH, 2006, 242). Se dice que en un futuro no muy lejano la utilización de las células madre adultas será un procedimiento bastante accesible, exigiendo una tecnología menos compleja y, por lo tanto, con menor costo. Este tipo de procedimiento no interesa a los grandes laboratorios que poseen la alta tecnología, invierten grandes capitales con el objetivo de detener el monopolio de las investigaciones y también obtener grandes ganancias.

Las investigaciones con células madre adultas han dado buenos resultados, no presentan problemas éticos, pues no requieren la eliminación de la vida humana y son alentados por la Iglesia.

4 Clonación

Otra área de la investigación con células madre que se abre a la ciencia es la producción de embriones por el método de la clonación. La ventaja de la clonación, según los científicos, es el hecho de evitar el problema del rechazo, pues el clon es producido a partir de células retiradas del propio individuo. Al hablar de clonación se encuentra ante dos posibilidades: la llamada clonación terapéutica, que busca producir clones para retirar las células madre en función de usarlas en terapia con el propio individuo, y la llamada clonación reproductiva que tendría como objetivo producir clones para desarrollarse como seres humanos. Este segundo tipo de clonación encuentra gran resistencia de la mayoría de los científicos, pues sería sólo una curiosidad científica y una monstruosidad. En este sentido, es importante que se diga que la clonación humana es, “en su método más despótico y, al mismo tiempo, en la finalidad, la más esclavizante forma de manipulación genética” (JONAS, 1997, 136). Un moralista brasileño, que también está formado en zootecnia, afirma que “la clonación humana reproductiva se ha convertido en una de las formas más radicales de manipulación genética; se inserta en el proyecto del eugenismo y, por lo tanto, está sujeta a todas las observaciones éticas y jurídicas que la condenan ampliamente “(COELHO, 2015, 50). Sin duda este es el mejor libro en portugués tratar el tema de la manipulación genética humana y sus implicaciones éticas y sociales. La clonación terapéutica tiene la aceptación de un gran número de científicos. En este sentido hay quien afirme que necesitamos “usufructuar los potenciales de aplicaciones médicas de la clonación terapéutica. “Vamos a utilizar de forma responsable los nuevos poderes de la clonación, con fines exclusivamente terapéuticos” (PEREIRA, 2007, 88). Sin embargo, con la clonación humana “no se controla solamente el proceso, sino todo el patrimonio genético del individuo clonado es seleccionado y decidido por los artesanos humanos. Un gran paso hacia la eugenesia que no ocurre por la causalidad de la naturaleza, sino por una deliberada decisión y manipulación humana “(COELHO, 2015, 51-52).

Los que defienden la clonación terapéutica afirman que se trata de producir de una célula, varias otras células, es decir, una simple multiplicación celular. En realidad, “a partir del momento en que cualquier célula pasa a dar origen a una ‘unidad vital auto-organizada’, estamos en la presencia de una nueva individualidad biológica” (BARTH, 2006, 105). Por lo tanto, también la clonación terapéutica, desde el punto de vista ético cae en el mismo problema, es decir, producir embriones como fuente de células madre y con tal procedimiento ellos son destruidos y eliminados.

5 La investigación sobre células madre en América Latina

Considerando la cuestión de las investigaciones con células madre y su uso en la búsqueda de la cura de enfermedades, en toda América Latina, se puede decir que no sólo en este continente, sino en todo el mundo, las cuestiones que se plantean son prácticamente las mismas. Esto es tanto desde el punto de vista ético, como terapéutico y social. Incluso porque todo lo que se hace en cualquier parte del mundo, especialmente lo que surge de novedad, es inmediatamente publicado y ampliamente divulgado. Debemos destacar una vez más que los mejores resultados en investigación con células madre y su aplicación terapéutica en humanos se han alcanzado con el uso de las células madre adultas. Las noticias que surgen nos muestran esto, como es el caso del reportaje que afirma que

millones de diabéticos podrían olvidar en breve la inyección de insulina si se confirma el resultado exitoso del primer implante de células madre en el páncreas, hecho por médicos argentinos que se dedican a la búsqueda de una cura para la enfermedad. Se trata de un método inédito libre de riesgos de rechazo, sin intermediación prolongada y que puede ser realizado por cualquier especialista médico con destreza y experiencia en cateterismos, explicó el cardiólogo argentino Roberto Fernández Viña” (AVALOS, AFP, 21/01/205).

Podemos indicar también el caso de esta noticia que afirma que

en Colombia, parapléjico vuelve a andar tras trasplante de células madre. El senador colombiano Jairo Clopatofsky, 44 años y parapléjico hace 24, dijo el martes que comenzó a dar sus primeros pasos al lado de su hijo de ocho meses. Hace un año, el político se sometió a un trasplante de células madre” (Efe, Bogotá 18/07/2006).

Hay textos que se publican en Brasil y que también están disponibles, on line, en revistas latinoamericanas o viceversa. Citemos el caso del artículo “Implicaciones bioéticas en la investigación con células madre embrionarias” (BARBOSA et al., 2013).

Tenemos el caso del Dr. Bratt que es profesor del programa de terapia con células madre de la Universidad Federal de Zulia (Venezuela) y pionero en América Latina en la utilización de la terapia con células madre autólogas de la médula ósea en el tratamiento de enfermedades degenerativas como Parkinson, diabetes, artrosis, traumatismo raquimedular.

En relación a la legislación, comparándose la brasileña, la ley de la Bioseguridad, con la de los países vecinos, se puede decir que Uruguay es el país que más se aproxima a la legislación de Brasil. En ese país existe permiso para investigación, pero no determina ninguna restricción con respecto a los embriones excedentes. Argentina, aun teniendo una bioética muy avanzada, no tiene legislación sobre la destrucción de los embriones excedentes. Paraguay tampoco tiene legislación (ver BARROS, 270-275, libro on-line).

5 Conclusión

Podemos concluir que cada vez que una sociedad acepta que la vida humana sea negociada, comprada, vendida, destruida, tal sociedad marcha peligrosamente para la discriminación de sus miembros, abriendo una perspectiva eugenésica. Dar poder jurídico a quien tiene más poder es dejar que tales sujetos decidan quién debe vivir y quién debe morir. Además, la ley y el derecho surgieron para organizar las relaciones en la sociedad, y en función de quien tiene menos poder y menos condiciones, de quien es más vulnerable. La ley surgió para defender a los más débiles, y en ese caso el embrión es el más indefenso y vulnerable de los seres humanos. Y el jurídico es uno de los aspectos de la sociedad que está compuesta por otras áreas como la antropología, la sociología, la filosofía y otras, especialmente la bioética que también tiene una palabra que decir sobre la vida humana. En este sentido es preciso “revitalizar el lenguaje originario de la bioética, que no es predominante la del derecho, de lo que se exija de los demás, sino la del deber, de lo que se cumple en relación a los demás: ‘¿qué debo hacer?’ Es la interrogación que inaugura la bioética ante ¿qué puedo hacer? a loa que responde la tecnociencia “(NEVES, 2000, 218).

Para el ser humano que es ético, su vida tiene un valor que está por encima de los demás seres de la naturaleza, y para el cristiano, además del valor ético, el hombre (varón y mujer), fue creado a imagen y semejanza de Dios y, por lo tanto, su vida debe siempre ser respetada desde su origen hasta su final, y nunca ser usada como un medio a ser destruido en beneficio de otro, quien sea.

Celito Moro. Facultad Palotina, Santa Maria (Brasil). Texto original en portugués.

Referencias

BARROS, R. F. Destino dos embriões excedentes: um estudo dessa problemática nos países do Mercosul. Livro On-line 2011.

BARTH, W. L. Células-tronco e bioética, o progresso biomédico e os desafios éticos. Porto Alegre: Edipucrs, 2006.

CIPRIANI, G. O embrião humano, na fecundação o marco da vida. São Paulo: Paulinas, 2007.

COELHO, M. M. Aparecida, SP: Editora Santuário, 2015.

CONGREGAÇÃO DA DOUTRINA DA FÉ. Donum vitae, Sobre o respeito à vida humana nascente e a dignidade da procriação. Petrópolis: Vozes, 1987.

JOÃO PAULO II. Evangelium vitae, sobre o valor e a inviolabilidade da vida humana. São Paulo: Paulinas, 1995.

JONAS, H. Cloniamo un uomo: dall’eugenetica all’ingegneria genetica”, in Tecnica, medicina ed etica, Einaudi, Torino, 1997.p. 122-154.

LEONE, S.; PRIVITERA, S. Nuovo dizionario di bioética. Roma: Cittá Nuova Editrice, 2004.

MIETH, D. Células-tronco: os problemas éticos do uso de embriões para pesquisa. In GARRAFA, V.; PESSINI, L. (organizadores). Bioética: Poder e injustiça. São Paulo: Centro Universitário São Camilo; Edições Loyola; Sociedade Brasileira de Bioética, 2003, p. 171-178.

NEVES, M.C.P. A bioética e a sua evolução. In O Mundo da Saúde, ano 24 mai/jun (2000) p. 211-222.

PEREIRA, L. V. Clonagem, da ovelha Dolly às células-tronco. 2ª. Edição, São Paulo: Editora Moderna, 2007.

PONTIFÍCIA ACADEMIA PRO VITA. Declaração sobre a produção e o uso científico e terapêutico das células estaminais embrionárias humanas. Cittá del Vaticano: Libreria Editrice Vaticana, 2000.

PONTIFÍCIA ACADEMIA PRO VITA. Por ocasião da recente publicação de um artigo sobre a indústria da clonagem, L’Osservatore Romano (Edición en Portugués), 8 de Diciembre de 2001, 4.

AVALOS, S. Em: http://noticias.uol.com.br/ultnot/afp/2005/01/21/ult34u115802.jhtm

BARBOSA, A. S. et al. versión On-line ISSN 1726-569X, Acta bioeth.  vol.19 no.1 Santiago jun. 2013, Acta Bioethica 2013; 19(1): 87-95. En: http://dx.doi.org/10.4067/S1726-569X2013000100009

EFE em Bogotá. En: http://www1.folha.uol.com.br/folha/ciencia/ult306u14875.shtml

O GLOBO ON-LINE, En: https://esclerosemultipla.wordpress.com/2006/08/24/celulas-tronco-sem-destruir-embrioes/

PRESIDÊNCIA DA REPÚBLICA, Lei da biossegurança, lei n. 11.105. En: www.planalto.ov.br/ccivil_03/_ato2004-2006/…/lei/11105.htm